TARTA SALADA DE QUESO Y CEBOLLA

INTRODUCCIÓN

Pocas cosas son tan reconfortantes como una buena tarta salada casera. Caliente o fría, recién horneada o del día siguiente, siempre es un plato que se disfruta en cualquier momento: para una cena ligera, una comida informal con amigos o un picnic de fin de semana.

Y entre todas las combinaciones posibles, hay una que nunca falla: queso y cebolla.
El sabor suave y cremoso del queso se funde a la perfección con la cebolla, que, al cocinarse lentamente, se vuelve dulce y aromática.
El resultado es una tarta salada que combina texturas suaves, base crujiente y un aroma irresistible.

Esta receta es muy fácil de preparar y puedes hacerla con masa quebrada, masa brisa o incluso hojaldre.
Además, puedes adaptarla con los quesos que más te gusten: desde un toque suave con mozzarella hasta una versión más intensa con queso azul o cheddar.

INGREDIENTES

Para un molde de 24 cm de diámetro

Para la base:

  • 1 lámina de masa quebrada o brisa (puede ser casera o comprada)
  • Un poco de mantequilla o aceite para engrasar el molde

Para el relleno:

  • 3 cebollas grandes (amarillas o dulces)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de mantequilla
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1 cucharadita de azúcar moreno (opcional, para caramelizar)
  • 3 huevos
  • 200 ml de nata o crema de leche para cocinar
  • 150 g de queso rallado (emmental, gruyère, cheddar, mozzarella, o mezcla)
  • 50 g de queso crema o ricotta (opcional, para más cremosidad)
  • Nuez moscada (una pizca, opcional)

Opcionales:

  • Unas hierbas frescas (perejil, cebollino, orégano o tomillo)
  • Trocitos de jamón, bacon o champiñones (si quieres hacerla más completa)

PREPARACIÓN PASO A PASO

1. Preparar la base

  1. Engrasa el molde con mantequilla o aceite.
  2. Coloca la masa quebrada o brisa sobre el molde, ajustándola bien a los bordes.
  3. Pincha el fondo con un tenedor para evitar que se infle durante el horneado.
  4. Cubre con papel vegetal y añade peso encima (legumbres secas, arroz o bolitas de cerámica).

➡️ Horneado en blanco:
Lleva al horno precalentado a 180 °C durante 10 a 12 minutos.
Retira el peso y el papel, y hornea 5 minutos más para que quede ligeramente dorada.

💡 Consejo: este paso asegura que la base no quede húmeda cuando añadamos el relleno.

2. Caramelizar las cebollas

  1. Pela y corta las cebollas en julianas finas (tiras delgadas).
  2. En una sartén grande, calienta el aceite de oliva y la mantequilla a fuego medio.
  3. Añade las cebollas con una pizca de sal.
  4. Cocina lentamente durante 20 a 25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que estén blandas, doradas y dulces.
    • Si lo deseas, añade una cucharadita de azúcar moreno para ayudar al caramelizado.

💡 Truco: si ves que se secan demasiado, puedes agregar una cucharada de agua o vino blanco y dejar evaporar.

3. Preparar la mezcla de queso y huevos

  1. En un bol grande, bate los huevos con la nata líquida.
  2. Añade una pizca de sal, pimienta negra y nuez moscada (opcional).
  3. Incorpora el queso rallado y el queso crema o ricotta.
  4. Mezcla bien hasta obtener una crema homogénea y suave.

🧡 Consejo: puedes reservar un poco de queso rallado para espolvorear por encima antes de hornear.

4. Integrar la cebolla caramelizada

Agrega la cebolla templada a la mezcla de queso y huevos.
Mezcla suavemente para repartirla bien sin romper las hebras de cebolla.

El aroma en este punto ya será espectacular.

5. Montar la tarta

  1. Vierte la mezcla sobre la base prehorneada.
  2. Nivela con una espátula.
  3. Si quieres, espolvorea un poco más de queso rallado por encima.

💡 Puedes decorar con aros de cebolla crudos o hierbas frescas.

6. Hornear

Lleva al horno precalentado a 180 °C durante 30 a 35 minutos, o hasta que el relleno esté cuajado y la superficie ligeramente dorada.

Para comprobar, inserta un palillo o cuchillo en el centro: si sale limpio, la tarta está lista.

7. Enfriar y servir

Deja reposar unos 10 a 15 minutos antes de cortar.
Este tiempo permite que el relleno se asiente y las porciones salgan firmes.

Sirve tibia o a temperatura ambiente.
Acompaña con una ensalada verde, un poco de pan rústico o incluso una sopa ligera.

TRUCOS Y VARIACIONES

1. Cebolla caramelizada perfecta

  • Usa cebollas dulces o amarillas (no las moradas).
  • Cocina a fuego medio-bajo, sin prisas.
  • No las frías, confítalas lentamente hasta que se vuelvan translúcidas y doradas.

2. El queso ideal

Puedes combinar varios tipos de queso para lograr un sabor más interesante:

  • Suave: mozzarella, emmental, gouda
  • Intenso: gruyère, cheddar, parmesano
  • Aromático: azul, brie o camembert

Una buena mezcla podría ser:
100 g de emmental + 50 g de queso azul o brie.

3. Tipos de base

  • Masa quebrada o brisa: la más clásica, ligeramente hojaldrada.
  • Hojaldre: más aireada y crujiente.
  • Base casera: puedes hacerla mezclando
    • 250 g de harina
    • 125 g de mantequilla fría
    • 1 huevo
    • 2 cucharadas de agua fría
    • Sal al gusto

Amasa, enfría 15 minutos y estira con rodillo.

4. Con bacon o jamón

Si deseas una versión más sustanciosa:

  • Dora 100 g de bacon o jamón en tiras, escúrrelo y añádelo a la mezcla antes de hornear.
    Le da un sabor ahumado delicioso.

5. Con champiñones

Saltea 200 g de champiñones laminados con ajo y perejil.
Mézclalos con la cebolla caramelizada antes de añadir el queso.

6. Opción vegetariana

Puedes añadir:

  • Espinacas salteadas
  • Calabacín rallado y escurrido
  • Tomatitos cherry por encima antes de hornear

7. Versión sin gluten

Usa masa sin gluten y sustituye la harina tradicional (si haces base casera) por mezcla panificable o harina de arroz.

CÓMO SERVIRLA

La tarta salada de queso y cebolla es un plato muy versátil.
Puedes servirla:

  • Como plato principal, acompañada de una ensalada de rúcula y tomates cherry.
  • En porciones pequeñas, como entrante o aperitivo.
  • En un brunch o buffet frío.
  • Incluso como opción para comidas para llevar o lunch box.

CONSERVACIÓN

  • En la nevera: se conserva perfectamente 3 a 4 días tapada o en un recipiente hermético.
  • Congelada: puedes congelarla ya horneada (en porciones) hasta 2 meses.
    Para recalentarla, basta con 10 minutos en horno suave (150 °C).

TARTA DE QUESO Y CEBOLLA SIN HORNO (versión alternativa)

Si no tienes horno, puedes preparar una versión sin hornear:

  1. Usa una base de galletas saladas trituradas mezcladas con mantequilla derretida (como en las tartas dulces).
  2. Para el relleno, mezcla la cebolla caramelizada con queso crema y huevos cocidos picados.
  3. Deja enfriar y cuajar en el refrigerador.

El resultado: una tarta fría, suave y con un sabor intenso.

MARIDAJE

Esta tarta combina muy bien con:

  • Vinos blancos secos: Sauvignon Blanc, Chardonnay.
  • Cerveza rubia artesanal.
  • Sidra natural o zumo de manzana.

El contraste entre el dulzor de la cebolla y la acidez de estas bebidas resalta los sabores.

CONSEJO FINAL

Para un resultado perfecto:

  • No te apresures al cocinar la cebolla. Es el alma del plato.
  • Usa buenos quesos, que fundan bien.
  • Deja reposar antes de cortar, así las porciones quedarán limpias y firmes.

HISTORIA Y ORIGEN

Las tartas saladas (quiches, pies, tartas rústicas) tienen su origen en Francia, especialmente la famosa Quiche Lorraine, que combina huevos, nata y bacon.
Con el tiempo, cada región fue creando su propia versión.

La tarta de queso y cebolla es una adaptación mediterránea más suave y aromática.
En España y América Latina, se ha vuelto muy popular por su sencillez y sabor equilibrado.
La cebolla, al caramelizarse, recuerda a la cocina casera tradicional, mientras que el queso fundido le da ese toque reconfortante e irresistible.

IDEAS DE PRESENTACIÓN

  • Rústica: con los bordes de masa doblados de forma irregular.
  • Elegante: en molde desmontable, con cebolla dorada por encima.
  • Mini tartas individuales: perfectas para fiestas o picnics.

Decora con una ramita de tomillo o perejil fresco para un toque final.

CONCLUSIÓN

La Tarta Salada de Queso y Cebolla es un clásico que nunca pasa de moda.
Sencilla pero elegante, es una receta que siempre triunfa.
Cada bocado combina lo mejor del queso fundido con el dulzor suave de la cebolla caramelizada y el toque crujiente de la base.

Es ideal para:

  • Cenas rápidas y sabrosas
  • Picnics o reuniones familiares
  • O simplemente para disfrutar un momento delicioso cualquier día

No necesitas ser experto en cocina: con unos pocos ingredientes y un poco de paciencia, puedes lograr una tarta de sabor profesional, con ese toque casero que enamora.

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