Pastel de Mantequilla Casero

El pastel de mantequilla es una de esas recetas que nunca pasan de moda. Su textura tierna, su sabor delicado y su irresistible aroma convierten este bizcocho en una joya de la repostería clásica.
Es el tipo de pastel que te transporta directamente a los recuerdos de la infancia: el horno encendido, el olor dulce que invade toda la casa y ese primer bocado tibio que se deshace en la boca.

Aunque su preparación parece sencilla, el éxito de un buen pastel de mantequilla radica en el equilibrio perfecto entre los ingredientes y las técnicas. No basta con mezclar y hornear; cada paso cuenta. En esta guía, aprenderás cómo lograr un pastel con una miga perfecta, un dorado uniforme y un sabor intenso a mantequilla pura.

Ingredientes para un molde de 22-24 cm

Para el bizcocho:

  • 250 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
  • 250 g de azúcar blanco
  • 4 huevos grandes
  • 250 g de harina de trigo tamizada
  • 1 cucharadita de levadura química (polvo de hornear)
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
  • Ralladura de 1 limón o 1 naranja (para dar aroma)
  • 50 ml de leche o nata líquida (para ajustar la textura)

Opcional para decorar o acompañar:

  • Azúcar glas para espolvorear
  • Glaseado de limón o vainilla
  • Frutas frescas (frambuesas, fresas, arándanos)
  • Una bola de helado de vainilla o nata para servir

Preparación paso a paso

1. Preparar los ingredientes

Antes de comenzar, saca la mantequilla y los huevos del frigorífico al menos 30 minutos antes. Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, lo que garantiza una masa uniforme y una mejor textura final.

💡 Consejo: La mantequilla debe estar blanda, pero no derretida. Si la presionas con el dedo, debe hundirse fácilmente, pero mantener su forma.

2. Precalentar el horno

Enciende el horno a 180 °C (calor arriba y abajo).
Engrasa tu molde con mantequilla y espolvorea ligeramente con harina, o bien cúbrelo con papel vegetal. Esto evitará que el pastel se pegue y facilitará el desmoldado.

3. Batir la mantequilla con el azúcar

Coloca la mantequilla en un bol grande y bátela con varillas eléctricas o una batidora de mano durante unos 2-3 minutos, hasta que se vea cremosa y más pálida.
Agrega el azúcar poco a poco mientras sigues batiendo, y continúa otros 4-5 minutos hasta obtener una mezcla esponjosa y blanquecina.

💡 Truco de pastelero: Este paso es clave. Cuanto más aire incorpores en este momento, más ligero será el pastel. La mantequilla actúa como una red que atrapa el aire, dando lugar a una miga suave y aireada.

4. Incorporar los huevos

Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
Esto evita que la mezcla se corte y ayuda a mantener la emulsión perfecta entre la mantequilla y los líquidos.

Si en algún momento la mezcla parece separarse o cortarse, añade una cucharada de harina y continúa batiendo hasta que vuelva a unirse.

💡 Consejo: Rompe los huevos previamente en un cuenco aparte, así evitarás que caigan trozos de cáscara o que uno malo arruine la mezcla.

5. Añadir los aromatizantes

Agrega la esencia de vainilla y la ralladura de limón o naranja.
Estos pequeños detalles elevan el sabor del pastel, dándole ese toque fresco y perfumado que lo hace especial.

6. Tamizar los ingredientes secos

En un bol aparte, tamiza la harina, la levadura y la sal.
Tamizar no solo elimina grumos, sino que airea la harina, ayudando a conseguir una textura más ligera y homogénea.

7. Incorporar la harina y la leche

Añade los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y huevos en tres tandas, alternando con la leche.
Empieza y termina con harina:

  • 1ª tanda: harina
  • 2ª tanda: leche
  • 3ª tanda: harina

Mezcla suavemente con una espátula o con las varillas a baja velocidad, solo hasta integrar. No batas en exceso, o el pastel perderá aire y quedará denso.

💡 Consejo: Si quieres un pastel aún más esponjoso, sustituye 50 g de harina por almendra molida o maicena. Aporta suavidad y una textura más fina.

8. Verter la masa en el molde

Vierte la masa en el molde preparado y alísala con una espátula.
Golpea suavemente el molde sobre la mesa para eliminar posibles burbujas de aire.

9. Hornear

Introduce el pastel en el horno precalentado y hornea durante 45-55 minutos, dependiendo del tipo de molde y del horno.
A partir de los 40 minutos, comprueba la cocción introduciendo un palillo en el centro: si sale limpio, el pastel está listo.

💡 Consejo: No abras el horno durante los primeros 30 minutos, o el pastel podría hundirse.

10. Enfriar y desmoldar

Una vez horneado, deja el pastel dentro del molde unos 10 minutos.
Luego, desmóldalo con cuidado y colócalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente.

Cuando esté frío, espolvorea con azúcar glas o cúbrelo con un glaseado ligero.

Cómo preparar un glaseado de limón (opcional)

Este glaseado añade un toque cítrico y brillante que combina maravillosamente con el sabor de la mantequilla.

  • 100 g de azúcar glas
  • 2-3 cucharadas de zumo de limón
  • 1 cucharadita de ralladura de limón

Mezcla todo hasta formar una crema fluida y sin grumos.
Vierte sobre el pastel ya frío y deja que se solidifique a temperatura ambiente.

Variantes deliciosas del pastel de mantequilla

Este pastel es tan versátil que admite muchísimas versiones. Aquí te dejo algunas ideas para que no te aburras nunca de hacerlo:

1. Pastel de mantequilla y vainilla clásica

Usa solo esencia de vainilla y decora con azúcar glas. Ideal para acompañar café o té.

2. Pastel marmolado

Divide la masa en dos y añade 2 cucharadas de cacao puro a una de ellas.
Vierte ambas mezclas alternando cucharadas para crear un efecto marmolado al hornear.

3. Pastel de mantequilla y almendras

Añade 50 g de almendra molida a la masa y decora con láminas de almendra tostada.

4. Pastel de mantequilla y limón

Agrega el zumo y la ralladura de un limón entero. El resultado es fresco, ligero y aromático.

5. Pastel de mantequilla y naranja

Similar al anterior, pero con el toque dulce y fragante de la naranja. Perfecto para desayunos.

6. Pastel de mantequilla y coco

Sustituye 30 g de harina por coco rallado. Aporta textura y un perfume tropical.

7. Pastel de mantequilla relleno

Una vez frío, córtalo por la mitad y rellénalo con mermelada, crema pastelera, ganache o nata montada.

Cómo conservar el pastel de mantequilla

A temperatura ambiente:

Guárdalo en un recipiente hermético o envuelto en film.
Durará 3 a 4 días sin perder textura ni sabor.

En la nevera:

Si hace calor, puedes guardarlo en la nevera, pero sácalo 30 minutos antes de servirlo para que recupere su suavidad natural.

En el congelador:

Se conserva perfectamente hasta 2 meses.
Envuélvelo en papel film y luego en papel aluminio.
Descongélalo a temperatura ambiente antes de servir.

Consejos para un pastel perfecto

  1. Usa buena mantequilla. El sabor del pastel depende en gran parte de ella. Evita margarinas o mantequillas baratas.
  2. No batas en exceso al añadir la harina. Si lo haces, desarrollarás gluten y el pastel quedará duro.
  3. No te saltes el tamizado. Da ligereza y evita grumos.
  4. Controla la cocción. Cada horno es distinto. Un exceso de cocción reseca el pastel.
  5. Agrega un chorrito de ron o licor de vainilla. Intensifica el sabor sin hacerlo alcohólico.
  6. Para un color más dorado: pinta la superficie con un poco de leche antes de hornear.

Con qué acompañar tu pastel de mantequilla

  • Una taza de café o té negro para realzar su dulzura.
  • Un vaso de leche fría, ideal para desayunos o meriendas.
  • Frutas frescas o compotas, que aportan acidez y equilibrio.
  • Una capa de crema de chocolate o mermelada de frutos rojos para los más golosos.

Un poco de historia

El pastel de mantequilla tiene raíces europeas, especialmente en la repostería británica y francesa del siglo XVIII.
En aquellos tiempos, la mantequilla era un ingrediente de lujo reservado para celebraciones especiales. Los pasteles elaborados con ella eran símbolo de elegancia y abundancia.

Con el tiempo, esta receta se extendió por todo el mundo, convirtiéndose en la base de muchos otros bizcochos: desde el pound cake inglés hasta el kuchen alemán o los clásicos bizcochos españoles.

Hoy, el pastel de mantequilla sigue siendo una receta de hogar, sencilla, reconfortante y perfecta en su simplicidad.

Proporción perfecta: la fórmula del éxito

Tradicionalmente, este pastel se conoce también como “pound cake”, porque se hacía con una libra (pound) de cada ingrediente principal: mantequilla, azúcar, harina y huevos.
La clave está en mantener la proporción 1:1:1:1, ajustando solo los aromatizantes o líquidos.

Esa fórmula garantiza una estructura equilibrada, una miga densa pero tierna y un sabor redondo.

Versión más ligera (sin tanta mantequilla)

Si prefieres una versión más ligera, puedes reducir la mantequilla a 150 g y añadir 50 ml de yogur natural o aceite de girasol.
El pastel quedará más esponjoso, con menos grasa, pero igual de sabroso.

Valor nutricional aproximado (por porción de 80 g)

  • Calorías: 330 kcal
  • Grasas: 19 g
  • Carbohidratos: 36 g
  • Proteínas: 5 g
  • Azúcares: 24 g

Es un pastel energético, ideal para desayunos, meriendas o celebraciones ocasionales.

Conclusión

El Pastel de Mantequilla Casero es un tributo a la sencillez y al sabor auténtico.
Cada bocado es una mezcla perfecta de suavidad, aroma y dulzura equilibrada.
Es el tipo de pastel que no necesita coberturas extravagantes para brillar: basta con su textura sedosa y ese inconfundible gusto a mantequilla.

Con esta receta, dominarás uno de los pilares de la repostería clásica y tendrás una base perfecta para infinitas variaciones.
Ya sea para compartir en familia, para acompañar un café o para regalar, este pastel siempre será un acierto.

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