PASTEL DE CAFÉ Y ALMENDRAS

Introducción: Un clásico con aroma irresistible

Pocas combinaciones son tan sofisticadas y reconfortantes como el café y las almendras. El Pastel de Café y Almendras es una joya de la repostería tradicional europea, muy popular en países como Italia, Francia y España, donde el café no solo se bebe, sino que también se convierte en ingrediente protagonista de los postres.

Este pastel tiene una textura esponjosa, ligeramente húmeda, con un aroma profundo a café recién hecho y el sabor tostado y suave de las almendras molidas. Es ideal para acompañar el desayuno, la merienda o incluso para coronar una cena especial con un toque elegante.

El contraste entre el amargor del café y la dulzura de las almendras crea un equilibrio perfecto. Además, su versatilidad permite adaptarlo a muchos estilos: puedes hacerlo más denso como un bizcocho inglés o más cremoso como una tarta moderna con glaseado o crema de café por encima.

Hoy te enseñaré la versión casera perfecta, con trucos de panadería profesional, historia del postre, variaciones internacionales y consejos para conservarlo y servirlo como un verdadero pastel de confitería.

Un poco de historia

El origen de este pastel se remonta a las recetas de repostería del siglo XIX, cuando los granos de café comenzaron a utilizarse no solo como bebida sino también como saborizante en cremas, glaseados y masas.

Las almendras, por su parte, son uno de los ingredientes más antiguos en la pastelería del Mediterráneo. En Sicilia, por ejemplo, el mazapán y los pasteles de almendra se preparaban desde la Edad Media. En Francia, los chefs de repostería del siglo XVIII descubrieron que el sabor tostado de la almendra combinaba de maravilla con el café recién molido.

De esa unión nació una familia de dulces que van desde la tarta de moka y almendra hasta los financiers de café. Con el tiempo, esta receta evolucionó hacia versiones más ligeras, como la que haremos hoy: un bizcocho húmedo, aireado, con notas de café, almendra y mantequilla.

Ingredientes (para un molde de 22–24 cm)

Para el bizcocho:

  • 200 g de harina de trigo
  • 100 g de almendra molida (harina de almendra o almendras trituradas finas)
  • 200 g de azúcar
  • 180 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
  • 3 huevos grandes
  • 100 ml de café fuerte o espresso (ya frío)
  • 1 sobre de levadura química o polvo de hornear (10-12 g)
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
  • 1 cucharadita de canela o cardamomo (opcional, para aroma extra)

Para el glaseado (opcional pero recomendado):

  • 150 g de azúcar glas
  • 2 cucharadas de café fuerte o espresso
  • 30 g de mantequilla derretida
  • Almendras laminadas o troceadas para decorar

Opcional:

  • Unas gotas de licor de café o Amaretto para intensificar el sabor.
  • 1 cucharada de miel para mantener el bizcocho más húmedo.

Preparación paso a paso

1. Prepara todos los ingredientes

Saca la mantequilla y los huevos de la nevera unos 30 minutos antes de comenzar.
Esto es fundamental: si los ingredientes están fríos, la masa no se aireará bien y el pastel podría quedar denso.

Mide la harina, la almendra molida y el azúcar con precisión. Prepara el café (espresso o café fuerte) y déjalo enfriar.
Engrasa un molde redondo con mantequilla y espolvorea con un poco de harina o forra con papel de hornear.

Precalienta el horno a 180 °C (arriba y abajo).

2. Bate la mantequilla y el azúcar

Coloca la mantequilla en un bol grande.
Con una batidora eléctrica o manual, bátela hasta que esté cremosa y de color más claro (unos 3-4 minutos).
Agrega el azúcar poco a poco, sin dejar de batir, hasta obtener una mezcla esponjosa y homogénea.

💡 Este paso se llama “cremado”: incorporar aire en la mantequilla ayuda a que el pastel quede más ligero y suave.

3. Añade los huevos

Incorpora los huevos uno a uno.
Bate bien después de cada adición para evitar que la mezcla se corte.
Si notas que se separa ligeramente, agrega una cucharada de harina para estabilizar.

Añade también la vainilla y, si lo deseas, una pizca de canela o cardamomo.

4. Integra los ingredientes secos

En otro recipiente, mezcla la harina, la almendra molida, la levadura y la sal.
Tamiza esta mezcla para eliminar grumos y airearla.

Añade los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y huevos en tres tandas, alternando con el café frío.
Empieza y termina con la parte seca (harina/almendra).

Remueve suavemente con una espátula o varillas a baja velocidad hasta que todo esté bien integrado, pero sin batir en exceso.

⚠️ Batir demasiado después de añadir la harina puede desarrollar el gluten y hacer que el pastel quede duro.

5. Vierte la masa en el molde

Coloca la mezcla en el molde preparado.
Nivela la superficie con una espátula.
Golpea suavemente el molde sobre la encimera para eliminar burbujas de aire.

6. Horneado

Introduce el molde en el horno precalentado a 180 °C.
Hornea durante 35 a 40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio.

Si el pastel se dora demasiado rápido, cúbrelo con papel de aluminio durante los últimos minutos.

7. Enfriar y desmoldar

Saca el pastel del horno y deja enfriar 10 minutos dentro del molde.
Luego desmóldalo sobre una rejilla y deja que se enfríe completamente antes de glasear o decorar.

8. Preparar el glaseado de café

En un bol pequeño, mezcla el azúcar glas con el café poco a poco hasta obtener una textura espesa y brillante.
Añade la mantequilla derretida y remueve hasta integrar.

Vierte el glaseado sobre el pastel ya frío, dejando que caiga de manera natural por los bordes.
Decora con almendras laminadas o crocantes por encima.

Trucos de repostería profesional

  1. Café concentrado: utiliza un espresso fuerte o café instantáneo disuelto en poca agua. Cuanto más intenso sea el café, más aromático quedará el pastel.
  2. Textura húmeda: añade una cucharada de miel o yogur natural a la masa antes de hornear.
  3. Almendra real: tuesta ligeramente la almendra molida antes de usarla, le da un sabor profundo y tostado.
  4. Sin mantequilla: si prefieres una versión más ligera, sustituye la mantequilla por 150 ml de aceite de girasol o de oliva suave.
  5. Versión sin gluten: usa harina de almendra y harina de arroz en lugar de trigo.
  6. Decoración elegante: espolvorea un poco de cacao puro y azúcar glas sobre el glaseado para un acabado de pastelería.

Variaciones del pastel

🇮🇹 Estilo italiano: Amaretto y espresso

Añade 2 cucharadas de licor Amaretto y decora con almendras enteras. El aroma recuerda a los cafés de Milán y a los dulces de las cafeterías italianas.

🇫🇷 Tarta parisina de moka y almendra

Corta el bizcocho en dos capas y rellénalo con crema de mantequilla al café. Cubre con glaseado de moka y almendras caramelizadas. Es una versión más lujosa y de aspecto profesional.

🇪🇸 Bizcocho rústico de almendra y café español

Sustituye la mantequilla por aceite de oliva suave y agrega una pizca de ralladura de limón. Ideal para acompañar con café con leche o carajillo.

🇬🇧 Coffee & Almond Loaf Cake

Hornea la mezcla en un molde rectangular, decora con un glaseado más espeso y unas almendras tostadas. Perfecto para la hora del té.

Conservación y servicio

  • Temperatura ambiente: se conserva bien hasta 4 días envuelto en film o en un recipiente hermético.
  • Refrigerado: aguanta una semana, aunque puede endurecerse un poco; caliéntalo unos segundos antes de servir.
  • Congelado: puedes congelar porciones individuales envueltas en film. Duran hasta 3 meses.

Para servirlo, puedes acompañar con:

  • Nata montada o crema de mascarpone.
  • Un café espresso o cappuccino.
  • Helado de vainilla o de turrón (para un toque gourmet).

Valor nutricional (aproximado por porción)

  • Calorías: 380 kcal
  • Grasas: 22 g
  • Hidratos: 36 g
  • Proteínas: 7 g
  • Azúcares: 22 g

No es el pastel más ligero del mundo, pero cada bocado compensa con creces su valor calórico. Es un placer ocasional, ideal para compartir.

Presentación creativa

  1. Toque dorado: espolvorea un poco de azúcar moreno sobre el glaseado y caramelízalo con un soplete.
  2. Mini pasteles individuales: hornea la mezcla en moldes pequeños o muffins, decora con un poco de glaseado y una almendra entera en el centro.
  3. Versión gourmet: sirve una porción con una crema inglesa ligera al lado y un toque de licor de café.

La experiencia del sabor

Cuando cortes el pastel, notarás la textura suave, ligeramente húmeda, con un aroma que combina la calidez del café recién hecho y el perfume de la almendra tostada.
Al morderlo, la sensación es equilibrada: el dulzor no empalaga, el café deja una nota elegante y persistente, y la mantequilla redondea el conjunto con su suavidad.

Este pastel es un viaje sensorial: primero entra el perfume, luego la textura aterciopelada y, por último, el regusto amargo del café que invita a otro bocado.

Un pastel con alma de café

El Pastel de Café y Almendras representa el espíritu de los dulces europeos de sobremesa: sencillos en apariencia, pero llenos de matices.
No se trata solo de un bizcocho; es un homenaje a las tardes con aroma a espresso, a los recuerdos de cafeterías antiguas y a la calma de un domingo con una taza caliente entre las manos.

Hacerlo en casa es más que cocinar: es regalarte una experiencia, un momento de pausa y placer. Y cuando el olor del café y la almendra invade tu cocina, sabrás que algo muy especial está a punto de salir del horno.

Conclusión

Este Pastel de Café y Almendras es un ejemplo perfecto de cómo ingredientes simples pueden transformarse en un postre refinado.
Su equilibrio de sabores, su textura tierna y su aroma inconfundible lo convierten en una receta que querrás repetir una y otra vez.

Ya sea para celebrar una ocasión especial o para disfrutar de un momento de tranquilidad, este pastel es una obra de arte casera que conquista a todos los paladares.

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