Napolitanas de Jamón y Queso
Introducción
Las Napolitanas de Jamón y Queso son un clásico de la bollería salada que combina textura hojaldrada, sabor intenso y versatilidad. Este tipo de bollería, reconocida por su origen europeo, se ha extendido por todo el mundo, adaptándose a distintas culturas y paladares, manteniendo siempre la característica distintiva de sus capas crujientes y doradas.
Este plato es ideal para desayunos, meriendas, picnics, brunch y como aperitivo en reuniones. La combinación de jamón salado y queso fundente en una masa hojaldrada permite obtener un contraste de texturas y sabores que lo hace irresistible tanto para niños como para adultos.
Historia de las Napolitanas
Orígenes en Europa
Las napolitanas se originaron en Francia y España a finales del siglo XIX y principios del XX. Se trataba de masas hojaldradas rellenas de ingredientes dulces o salados, inspiradas en el puff pastry francés y las pastas vienesas. La palabra “napolitana” hace referencia al estilo y la influencia de la repostería italiana y napolitana en la bollería europea, aunque la receta evolucionó principalmente en Francia.
El hojaldre es clave en esta historia: se trata de una técnica culinaria que consiste en doblar y plegar la masa con mantequilla varias veces para crear capas alternadas de masa y grasa que al hornearse se separan, generando una textura crujiente y ligera. La incorporación de rellenos salados, como jamón y queso, permitió crear productos de bollería aptos para el desayuno y la merienda, además de aperitivos versátiles.
Expansión internacional
A medida que la bollería europea se difundió por el mundo, las napolitanas llegaron a países de Latinoamérica y Asia, adaptándose a los ingredientes locales:
- España y Francia: napolitanas tanto dulces (chocolate, crema pastelera) como saladas (jamón y queso, pollo, espinaca).
- Argentina: se popularizaron como parte de la pastelería de panadería y cafetería.
- México y Centroamérica: versiones saladas rellenas de jamón, queso y salsa bechamel.
- Japón: adaptaciones con rellenos dulces y salados, más pequeñas y delicadas, combinando técnicas europeas y asiáticas.
A lo largo del tiempo, las napolitanas han pasado de ser un producto de pastelería artesanal a un elemento cotidiano en panaderías y cafeterías, gracias a su facilidad de transporte, conservación y sabor atractivo.
Ciencia del Hojaldre y la Masa de Napolitana
Para entender por qué las napolitanas tienen esa textura característica, es necesario comprender la ciencia del hojaldre y la interacción de los ingredientes.
La masa
- Harina de trigo: contiene proteínas (gluten) que forman una red elástica. Esta red sostiene la estructura de las capas y permite que el aire se retenga durante la cocción.
- Sal: regula la acción del gluten y potencia el sabor.
- Huevo (opcional): aporta color, riqueza y ligereza a la masa.
- Agua: hidrata la harina y ayuda a formar gluten. Su temperatura es importante para evitar derretir la mantequilla.
La mantequilla
- Es la grasa que se intercala entre las capas de masa.
- Su punto de fusión y contenido de agua afectan directamente la hojaldrabilidad.
- Al hornearse, el agua de la mantequilla se evapora y genera vapor, separando las capas de masa y creando la textura crujiente.
El horneado
- El calor hace que el gluten se coagule, reteniendo la forma del relleno.
- La grasa fundida crea capas separadas, mientras que el huevo pintado genera un acabado dorado y brillante.
- Un horno bien precalentado es crucial para que la masa suba de manera uniforme.
Ingredientes y su función
Para la masa
- 500 g de harina de trigo: proporciona estructura y formación de gluten.
- 250 g de mantequilla fría: genera las capas hojaldradas y aporta sabor.
- 250 ml de agua fría: hidrata la harina y permite el amasado sin calentar la mantequilla.
- 1 pizca de sal: regula sabor y gluten.
- 1 huevo (opcional): enriquece la masa, aportando color y suavidad.
Para el relleno
- 200 g de jamón cocido: aporta salinidad, sabor y textura.
- 200 g de queso: funde durante la cocción, creando cremosidad y sabor.
- Mostaza suave o bechamel (opcional): aporta humedad y un sabor extra.
Para pintar
- 1 huevo batido: da color dorado y brillo uniforme a la superficie.
Preparación paso a paso
Paso 1: Preparar la masa
- Mezcla la harina con la sal y haz un hueco en el centro.
- Añade la mantequilla fría en cubos y mezcla con los dedos hasta obtener una textura arenosa.
- Agrega el agua gradualmente hasta formar una masa homogénea.
- Amasa ligeramente, forma un bloque y deja reposar 30 minutos en refrigeración.
Paso 2: Hacer el hojaldre
- Extiende la masa en forma de rectángulo.
- Dobla en tercios (pliegue simple), gira 90° y vuelve a extender.
- Refrigera 15-20 minutos entre cada pliegue, repitiendo 3-4 veces para obtener capas definidas.
Paso 3: Formar las napolitanas
- Extiende la masa a 0,5 cm de grosor.
- Corta rectángulos uniformes (aprox. 10×15 cm).
- Coloca jamón y queso en el centro, sin exceder el tamaño para que no se salga.
- Dobla los extremos y cierra ligeramente.
Paso 4: Pintar y hornear
- Precalienta el horno a 200 °C.
- Coloca las napolitanas en bandeja con papel de hornear.
- Pinta con huevo batido.
- Hornea 20–25 minutos hasta dorar y lograr textura crujiente.
Trucos y consejos de chef
- Mantequilla fría y masa fría: garantiza capas definidas.
- No sobrecargar el relleno: evita que se escape durante el horneado.
- Hornear en horno precalentado: asegura que el hojaldre suba correctamente.
- Pintar con huevo: esencial para el acabado dorado.
- Opcional: espolvorear semillas, queso rallado o hierbas para un toque gourmet.
Variantes internacionales
- Dulces: chocolate, crema pastelera, mermelada.
- Saladas: jamón, queso, pollo, espinaca, champiñones.
- Mini napolitanas: perfectas para aperitivos.
- Gourmet: combinaciones con quesos artesanos, jamón serrano o salsas especiales.
Errores comunes y cómo evitarlos
- Masa pegajosa: añadir harina extra moderadamente.
- Masa dura: exceso de amasado o calor durante la preparación.
- Hojaldre que no sube: mantequilla demasiado blanda o horno insuficientemente caliente.
- Relleno que se derrama: controlar la cantidad de jamón y queso.
Conservación
- Guardar en recipiente hermético a temperatura ambiente hasta 2 días.
- Recalentar en horno para recuperar textura crujiente.
- Congelar crudas o horneadas; recalentar en horno al momento de servir.
Presentación y servicio
- Servir calientes, templadas o recién horneadas.
- Ideales para desayunos, meriendas, brunch, picnics o aperitivos.
- Decorar con queso rallado, hierbas o semillas para un acabado gourmet.
- Acompañar con café, té o jugo natural.
