Gorditas fritas de harina
Las gorditas fritas de harina son un tesoro dentro de la cocina mexicana tradicional. Tiernas por dentro, ligeramente crujientes por fuera y con ese inconfundible sabor casero, representan la esencia de la comida sencilla, económica y llena de alma. Se pueden rellenar con casi cualquier cosa: frijoles, queso, chicharrón, carne deshebrada, guisos de pollo o simplemente mantequilla y azúcar si las prefieres dulces.
A lo largo de esta receta te enseñaré no solo cómo prepararlas a la perfección, sino también el porqué de cada paso, los errores más comunes, los secretos para lograr una textura suave y esponjosa, y diferentes variaciones según la región o tus gustos.
Un poco de historia y contexto
Las gorditas son una preparación ancestral en México, cuyo nombre viene de su característica forma redonda y “gordita”, más gruesa que una tortilla común. En su versión original se elaboraban con masa de maíz, cocidas en comal o fritas. Sin embargo, con la introducción del trigo por los colonizadores españoles, nació una nueva variante: las gorditas de harina, especialmente populares en el norte del país (Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Tamaulipas y Sonora).
A diferencia de las de maíz, las gorditas de harina se preparan con harina de trigo, manteca o aceite, polvo de hornear y agua o leche. La textura resultante es más parecida a la de un pan plano o una tortilla gruesa y tierna, con un sabor más suave y una capacidad de absorción de sabores espectacular.
En su versión frita, las gorditas adquieren una corteza ligeramente crujiente y dorada, mientras que el interior queda tierno, aireado y sabrosísimo. Este método era muy común en hogares rurales, donde se freían en cazuelas de hierro fundido con manteca caliente. Hoy en día, se pueden hacer perfectamente con aceite vegetal, logrando el mismo efecto dorado y delicioso.
Ingredientes para 12 gorditas medianas
Ingredientes secos:
- 3 tazas (aprox. 400 g) de harina de trigo (todo uso)
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- ½ cucharadita de sal
- 1 cucharada de azúcar (opcional, ayuda a dorar y dar suavidad)
Ingredientes húmedos:
- 4 cucharadas de manteca vegetal o manteca de cerdo (puedes sustituir por mantequilla o aceite)
- 1 taza (240 ml) de agua tibia o leche tibia (aproximadamente, puede variar según la harina)
Para freír:
- Aceite vegetal suficiente (maíz, girasol o canola)
Opcionales para servir:
- Frijoles refritos, chicharrón prensado, queso rallado, carne deshebrada, guacamole, crema, salsa roja o verde, etc.
Preparación paso a paso
1. Mezclar los ingredientes secos
En un recipiente grande, coloca la harina de trigo, el polvo de hornear, la sal y el azúcar. Mezcla bien con una cuchara o con las manos para distribuir los ingredientes uniformemente.
Este paso es importante porque el polvo de hornear debe quedar bien integrado para que las gorditas inflen de manera pareja al freírse.
2. Incorporar la grasa
Agrega la manteca (o mantequilla, si prefieres un sabor más suave).
Con las yemas de los dedos, comienza a frotar la harina con la grasa hasta obtener una textura arenosa o de “pan molido”. Este paso se conoce como “sablar” o “arenar”.
👉 Consejo: si usas manteca vegetal o de cerdo, la textura final será más hojaldrada; con aceite, en cambio, será más esponjosa pero menos crujiente.
3. Agregar el líquido
Vierte poco a poco el agua o la leche tibia. Mezcla con las manos hasta formar una masa suave, homogénea y que no se pegue a los dedos.
Amasa unos 5 minutos para activar el gluten y lograr elasticidad.
Si notas que está seca, añade una cucharada extra de agua; si está pegajosa, espolvorea un poco más de harina.
La masa ideal debe sentirse tierna y flexible, similar a una masa de tortilla gruesa.
4. Reposar la masa
Cubre la masa con un paño húmedo o con film plástico y deja reposar durante 20 a 30 minutos.
Este reposo es clave: permite que la harina absorba la humedad de manera uniforme y que el gluten se relaje, facilitando el formado y evitando que las gorditas se encojan o se abran al freír.
Formado de las gorditas
- Divide la masa en 10 a 12 porciones iguales (del tamaño de una pelota pequeña).
- Forma bolitas lisas y colócalas sobre una superficie ligeramente enharinada.
- Con la palma o un rodillo, aplánalas hasta que tengan un grosor de unos 7–10 mm (más gruesas que una tortilla).
👉 Truco: Si las haces muy delgadas, quedarán duras; si son demasiado gruesas, no se cocerán por dentro. El equilibrio es fundamental.
También puedes hacerlas redondas perfectas usando un cortador o el borde de un plato pequeño.
Freír las gorditas
- Calienta suficiente aceite en una sartén profunda o cazuela. La temperatura ideal es de unos 170–180 °C (si no tienes termómetro, prueba introduciendo un pequeño trozo de masa: debe burbujear inmediatamente y subir a la superficie).
- Coloca una o dos gorditas a la vez, evitando amontonarlas.
- Fríelas por 40–60 segundos de un lado hasta que comiencen a inflarse y dorarse ligeramente, luego voltéalas y deja el otro lado igual.
- Sácalas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
👉 Truco: Si las gorditas se inflan como globos, ¡es buena señal! Eso significa que la masa está bien trabajada y esponjosa. Una vez que las retires, puedes abrirlas con cuidado por un borde para rellenarlas.
Rellenar y servir
Mientras aún estén tibias, corta con un cuchillo o tijera una abertura lateral en cada gordita (como si fuera un bolsillo).
Rellénalas con lo que más te guste:
- Tradicional: Frijoles refritos con queso fresco.
- Picante: Chicharrón prensado con salsa roja.
- Del campo: Nopales con chile y queso rallado.
- De carne: Pollo deshebrado en salsa verde o carne al pastor.
- Dulce: Mantequilla y azúcar, cajeta o mermelada.
Sirve inmediatamente, acompañadas de salsa casera, aguacate o crema.
Variaciones populares según la región
México tiene tantas versiones de gorditas como regiones:
- Gorditas norteñas: hechas con harina de trigo, más pequeñas, fritas en aceite o manteca, y rellenas de guisos sabrosos.
- Gorditas de maíz: cocidas en comal, con masa nixtamalizada, típicas del centro y sur.
- Gorditas dulces: con azúcar, canela y un toque de anís o vainilla, perfectas para el café.
- Gorditas infladas de feria: muy delgadas pero que se inflan por completo al freír, luego se abren y se rellenan.
- Gorditas rancheras: más gruesas, cocidas en comal primero y luego fritas brevemente para sellar.
Trucos y secretos del éxito
- Harina: Usa harina de trigo común (no leudante). El polvo de hornear ya aportará la esponjosidad necesaria.
- Temperatura del líquido: tibio, nunca caliente ni frío. Ayuda a activar el polvo de hornear y disolver la grasa.
- Manteca o aceite: la grasa sólida da mejor textura, pero si prefieres una versión más ligera, usa aceite vegetal.
- No sobreamas: una vez que la masa está suave, no la trabajes en exceso o se pondrá dura.
- Reposa siempre: el descanso hace toda la diferencia.
- Aceite caliente pero no humeante: si está muy caliente, se dorarán por fuera pero quedarán crudas por dentro.
Versión dulce (postre tradicional)
Si quieres convertirlas en un postre delicioso, sigue estos ajustes:
Ingredientes:
- 3 tazas de harina de trigo
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- ½ cucharadita de sal
- 4 cucharadas de mantequilla
- ½ taza de azúcar
- 1 huevo
- ¾ taza de leche tibia
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Canela molida al gusto
Preparación:
Sigue el mismo procedimiento, pero al freír, hazlas más pequeñas.
Espolvorea con azúcar y canela apenas salgan del aceite.
También puedes rellenarlas con cajeta, dulce de leche, mermelada o crema pastelera.
Estas gorditas dulces son típicas de ferias, mercados y desayunos de domingo en muchos pueblos.
¿Qué hacer si no quieres freírlas?
Puedes cocinarlas en un comal o sartén plano, sin aceite, 2 minutos por lado hasta que se inflen. Quedarán más ligeras, como panecillos suaves.
Luego puedes abrirlas y rellenarlas igual.
También puedes hornearlas: pincela con un poco de mantequilla derretida y hornea a 180 °C por 15–18 minutos, hasta que estén doradas.
Errores comunes y cómo evitarlos
- Gorditas duras: la masa estaba seca o se amasó demasiado.
- No se inflan: poco polvo de hornear o aceite muy frío.
- Se abren al freír: masa demasiado delgada o con burbujas de aire.
- Sabor pesado: exceso de grasa o aceite muy viejo.
- Quedan crudas por dentro: fuego muy alto o demasiado grosor.
Ideas de rellenos salados clásicos
- Frijoles con queso fresco y salsa verde.
- Tinga de pollo (pollo deshebrado con jitomate y chipotle).
- Chicharrón en salsa roja.
- Carne deshebrada con cebolla caramelizada.
- Rajas con crema y elote.
- Papa con chorizo.
- Champiñones con epazote.
Acompañamientos sugeridos
- Café de olla o atole.
- Salsa verde o roja casera.
- Ensalada fresca de nopales.
- Guacamole o crema agria.
- Rebanadas de aguacate con sal y limón.
Conservación y recalentado
- Puedes guardar las gorditas ya fritas en un recipiente hermético por hasta 3 días en refrigeración.
- Para recalentarlas, colócalas en sartén sin aceite o en horno a 180 °C por 5 minutos.
- También puedes congelarlas sin freír: forma los discos, sepáralos con papel encerado y guarda en bolsas herméticas hasta 2 meses. Cuando las quieras usar, fríelas directamente sin descongelar.
Un toque de tradición
En muchos pueblos del norte de México, las gorditas se fríen en grandes cazuelas al aire libre, especialmente los domingos o en festividades.
Se sirven envueltas en servilletas de tela, aún humeantes, acompañadas de salsas caseras.
Las versiones dulces suelen venderse en canastas cubiertas, espolvoreadas con azúcar y canela, perfumando las calles con su aroma a hogar.
Conclusión
Las gorditas fritas de harina son más que una receta: son una muestra de ingenio, sencillez y sabor. Representan la cocina casera mexicana en su máxima expresión: con pocos ingredientes, mucho cariño y el gusto por compartir.
Ya sea en su versión salada o dulce, estas gorditas son perfectas para desayunos, meriendas o cenas rápidas. Puedes adaptarlas a tu gusto, jugar con los rellenos y disfrutar cada bocado con una buena salsa o un café caliente.
Prepararlas en casa te permitirá experimentar esa sensación mágica de ver cómo se inflan en el aceite, dorándose poco a poco hasta quedar irresistibles. Una vez que las pruebes, se convertirán en una receta infaltable en tu cocina.
