Galletas de Mantequilla con Chispas de Chocolate

Las galletas de mantequilla con chispas de chocolate, conocidas popularmente como chocolate chip cookies, son uno de los postres más queridos del mundo. Nacieron por accidente, pero se convirtieron en una receta universal: una masa suave y mantecosa, salpicada de trocitos de chocolate que se derriten con el calor del horno.

Crujientes en los bordes, blanditas en el centro y con ese toque salado que potencia su sabor dulce, estas galletas son el equilibrio perfecto entre textura y sabor.

Hoy aprenderás a prepararlas paso a paso, con todos los trucos de repostería casera para lograr unas galletas perfectas: doradas, aromáticas, y con ese clásico efecto “chispi” que tanto nos encanta.

Ingredientes (para unas 25-30 galletas)

Ingredientes principales:

  • 250 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
  • 200 g de azúcar moreno
  • 100 g de azúcar blanco
  • 2 huevos medianos
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla natural
  • 1/2 cucharadita de sal fina
  • 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • 380 g de harina de trigo común (todo uso)
  • 200 g de chispas de chocolate (negro, con leche o mezcla de ambos)

Opcional:

  • 50 g de nueces o avellanas troceadas
  • Un toque de canela en polvo (si quieres un aroma extra cálido)

Tiempo total

  • Preparación: 20 minutos
  • Reposo de la masa: 30 minutos (opcional, pero recomendado)
  • Horneado: 10-12 minutos por tanda
  • Total: aproximadamente 1 hora

Preparación paso a paso

1. Preparar la mantequilla

La base de unas buenas galletas chispi es una mantequilla de calidad. Debe estar blanda pero no derretida.

💡 Consejo: si la sacas directamente de la nevera, córtala en cubos y deja que repose unos 30 minutos a temperatura ambiente.

Coloca la mantequilla en un bol grande y bátela con varillas (eléctricas o manuales) durante 1 o 2 minutos hasta que se vea cremosa y de color más claro. Este paso airea la mantequilla y hará que las galletas queden más ligeras.

2. Añadir los azúcares

Agrega los dos tipos de azúcar: moreno y blanco.
El azúcar moreno aporta humedad y sabor a caramelo, mientras que el blanco da crujiente y estructura.

Bate nuevamente durante 2-3 minutos hasta obtener una mezcla suave y homogénea.

💡 Consejo: Si te gusta una textura más “chewy” (masticable), usa más azúcar moreno; si prefieres galletas más crujientes, equilibra ambos.

3. Incorporar los huevos y la vainilla

Agrega los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición para que se integren completamente.
Luego añade la esencia de vainilla y mezcla de nuevo.

En este punto, la masa debe tener una textura cremosa y brillante.

💡 Truco de repostería: No batas demasiado después de añadir los huevos, ya que podría desarrollar gluten y endurecer las galletas.

4. Mezclar los ingredientes secos

En otro bol, tamiza la harina, el bicarbonato y la sal.
Este paso asegura que la mezcla quede uniforme y sin grumos.

Incorpora los ingredientes secos al bol principal poco a poco, mezclando con una espátula o cuchara de madera.
No es necesario batir: mezcla solo hasta que no veas restos de harina.

💡 Consejo: No sobremezcles. El exceso de trabajo en la masa puede hacer que las galletas queden duras en lugar de tiernas.

5. Agregar las chispas de chocolate

Llega el momento más divertido: añade las chispas de chocolate (y las nueces, si las usas).
Remueve suavemente hasta que se repartan de manera uniforme por toda la masa.

💡 Tip: Si quieres un resultado más bonito, guarda unas cuantas chispas para colocarlas encima de cada galleta justo antes de hornear.

6. Reposar la masa

Aunque puedes hornearlas inmediatamente, dejar reposar la masa al menos 30 minutos en la nevera mejora el sabor y la textura.

Este reposo permite que la mantequilla se enfríe y que la harina absorba bien la humedad.
El resultado: galletas más sabrosas y con mejor forma.

💡 Consejo extra: si tienes tiempo, déjala reposar toda la noche. Ganará profundidad de sabor y un toque caramelizado irresistible.

7. Formar las galletas

Forra una bandeja con papel vegetal o una lámina de silicona.

Con una cuchara o un sacabolas, forma porciones de masa del tamaño de una nuez (unos 35-40 g cada una).
Colócalas en la bandeja dejando al menos 4 cm de espacio entre ellas, ya que se expanden al hornear.

💡 Truco de chef: No las aplastes del todo; déjalas en forma de bolita para que el centro quede más grueso y blando.

8. Hornear las galletas

Precalienta el horno a 180 °C (calor arriba y abajo).

Hornea las galletas durante 10 a 12 minutos o hasta que los bordes estén dorados y el centro aún parezca un poco blando.

No te preocupes si parecen poco hechas al sacarlas: seguirán cocinándose con el calor residual.

💡 Consejo: Cada horno es distinto. La primera tanda te servirá para ajustar tiempos según tu gusto:

  • 10 min → blanditas y masticables
  • 12-13 min → crujientes por fuera, tiernas por dentro

9. Enfriar y disfrutar

Deja las galletas en la bandeja unos 5 minutos, luego pásalas a una rejilla para que se enfríen completamente.

Cuando se enfrían, se vuelven más firmes y alcanzan la textura ideal.

💡 Consejo gourmet: Coloca unas escamas de sal marina encima justo después de hornear. Ese contraste dulce-salado las eleva a otro nivel.

Resultado final

Tus galletas de mantequilla chispi quedarán doradas, con bordes crujientes y un centro suave y jugoso.
El chocolate se fundirá con cada mordisco, y el aroma a mantequilla, vainilla y caramelo llenará toda tu cocina.

Son ideales para acompañar un café, un vaso de leche fría o simplemente para disfrutar en cualquier momento del día.

Cómo conservarlas

  • A temperatura ambiente: en un tarro hermético duran hasta una semana.
  • En el refrigerador: se mantienen frescas unos 10 días.
  • Congeladas: puedes congelar la masa cruda o las galletas horneadas.
    • Si congelas la masa, forma bolitas y guárdalas en una bolsa hermética.
    • Hornea directamente desde el congelador (añadiendo 1 o 2 minutos más de cocción).

Variaciones deliciosas

Una de las grandes virtudes de las galletas de mantequilla es su versatilidad. Aquí tienes algunas ideas para reinventarlas:

1. Galletas con trozos de caramelo y chocolate blanco

Sustituye la mitad de las chispas de chocolate por trocitos de caramelo toffee.
El sabor mantecoso se intensifica y queda una textura increíblemente pegajosa y dulce.

2. Galletas de mantequilla con avellanas

Añade 50 g de avellanas tostadas picadas y usa chocolate con leche.
Obtendrás una galleta estilo Nutella, rica y cremosa.

3. Galletas doble chocolate

Sustituye 30 g de harina por cacao en polvo sin azúcar.
Usa chispas de chocolate negro para un sabor intenso.

4. Galletas tropicales

Agrega coco rallado y chispas de chocolate blanco.
Perfectas para un toque exótico y más ligero.

5. Galletas de naranja y chocolate

Añade una cucharadita de ralladura de naranja a la masa: el contraste con el chocolate es exquisito.

Historia de las Chocolate Chip Cookies

Las galletas con chispas de chocolate fueron inventadas por Ruth Wakefield en la década de 1930 en Massachusetts (EE. UU.).
Ella era dueña de la posada Toll House Inn, donde servía galletas a los viajeros. Un día, al quedarse sin chocolate en polvo, decidió añadir trozos de una tableta Nestlé a la masa… pensando que se derretirían.

El resultado fue una sorpresa: los trocitos de chocolate se mantuvieron parcialmente intactos, creando el contraste perfecto.
Así nacieron las Toll House Cookies, que luego se convirtieron en las famosas Chocolate Chip Cookies que hoy adoramos.

Nestlé incluso firmó un acuerdo con Ruth: a cambio de usar su receta en los envases, la empresa le ofreció chocolate gratis de por vida. 🍫

Valor nutricional (por galleta, aprox.)

  • Calorías: 210 kcal
  • Grasas: 10 g
  • Carbohidratos: 27 g
  • Azúcares: 16 g
  • Proteínas: 3 g

💡 Consejo saludable: puedes reducir el azúcar total a 250 g o usar edulcorante parcial (eritritol o panela).

Trucos para galletas perfectas

  1. No derritas la mantequilla: debe estar blanda, no líquida.
  2. Usa azúcar moreno auténtico: aporta humedad y sabor profundo.
  3. No hornees de más: aunque parezcan blandas, se endurecen al enfriar.
  4. Deja espacio entre galletas: se expanden bastante en el horno.
  5. Congela la masa antes de hornear: mejora la textura y evita que se deformen.
  6. Añade una pizca de sal gruesa al final: potencia el sabor dulce del chocolate.

Con qué acompañarlas

Las galletas chispi son deliciosas solas, pero si quieres elevar la experiencia, prueba acompañarlas con:

  • Leche fría o chocolate caliente
  • Helado de vainilla o nata (para hacer un sándwich de galletas)
  • Café espresso o capuchino
  • Batido de plátano o fresa
  • Yogur natural con trocitos de galleta encima

💡 Tip: calienta ligeramente las galletas antes de comerlas —el chocolate se derretirá otra vez, ¡y sabrán como recién hechas!

Ideas para regalar

Estas galletas son ideales para regalar. Puedes presentarlas así:

  • En una caja decorada con papel manteca.
  • En un frasco de cristal con cinta y etiqueta personalizada.
  • O como detalle navideño, acompañadas de un mensaje y una bolsita de cacao caliente.

💡 Consejo: si las haces para vender o regalar, prepara tandas de diferentes tipos (con nueces, blanco, negro, doble chocolate…).

Versión “Chispi” Gigante (para tarta o cookie cake)

¿Quieres hacer una galleta gigante para compartir?
Usa la misma masa y extiéndela sobre un molde redondo engrasado (de unos 25 cm).
Hornea a 180 °C durante 20-25 minutos.

Cuando se enfríe, decora con crema de chocolate o nata montada.
Perfecta para cumpleaños o celebraciones. 🎂

Versión sin gluten ni lactosa

Para quienes tienen intolerancias, esta receta se puede adaptar fácilmente:

  • Sustituye la harina de trigo por harina de avena sin gluten o mezcla de harinas sin gluten (arroz, maíz, almendra).
  • Usa mantequilla vegetal o aceite de coco.
  • Emplea chocolate sin leche.

El sabor sigue siendo espectacular y la textura, deliciosa.

Conclusión

Las galletas de mantequilla con chispas de chocolate son una receta sencilla, pero con resultados espectaculares.
Con solo unos pocos ingredientes —mantequilla, azúcar, harina, huevos y chocolate— puedes crear uno de los postres más universales y reconfortantes del mundo.

Hacerlas en casa es una experiencia mágica: el olor a mantequilla dorada, el sonido del horno, y el momento de probar la primera galleta tibia, cuando el chocolate aún está fundido… es puro placer.

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