Empanadas de Calabaza Caseras
Tiempo total: 2 horas
Raciones: 12 empanadas grandes o 20 pequeñas
Dificultad: Media
Tipo: Dulce tradicional – horno o sartén
Introducción: el sabor de la calabaza en una empanada
Las empanadas de calabaza son uno de esos postres tradicionales que unen lo rústico y lo tierno. En muchos países de América Latina y España, se preparan cuando llega el otoño, cuando las calabazas están en su punto perfecto, dulces y anaranjadas.
Se trata de unas empanadas rellenas de puré de calabaza endulzada con azúcar, canela, clavo y vainilla, envueltas en una masa tierna y ligeramente hojaldrada que se hornea hasta quedar dorada y brillante. El aroma que desprenden al salir del horno es pura magia.
En México, se conocen como empanadas de calabaza de castilla, típicas del Día de los Muertos. En Argentina y España, también existen versiones más sencillas, sin especias o con un toque de miel. Sea cual sea la variante, todas comparten algo: el sabor hogareño y el recuerdo de las cocinas de las abuelas.
Hoy aprenderás cómo hacerlas desde cero: la masa, el relleno y los trucos para que queden perfectas.
Ingredientes
Para la masa:
- 500 g de harina de trigo (aproximadamente 4 tazas)
- 150 g de mantequilla o manteca vegetal (puedes usar mitad y mitad)
- 100 g de azúcar (½ taza)
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 1 pizca de sal
- 2 huevos
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- ½ taza de leche tibia (aproximadamente)
Para el relleno de calabaza:
- 600 g de calabaza pelada (aproximadamente 3 tazas de puré cocido)
- 150 g de azúcar moreno o panela rallada (¾ taza)
- 1 cucharadita de canela en polvo
- ¼ cucharadita de clavo de olor molido (opcional)
- ½ cucharadita de nuez moscada (opcional)
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- (Opcional) ralladura de naranja o limón
Para el acabado:
- 1 huevo batido (para barnizar)
- Azúcar para espolvorear
Preparación paso a paso
Paso 1: Preparar el puré de calabaza
- Corta y cocina la calabaza:
Pela la calabaza y córtala en trozos medianos.
Colócala en una olla con un poco de agua y una pizca de sal. Cocina hasta que esté muy tierna, unos 15-20 minutos. - Escurre bien:
Una vez cocida, escúrrela completamente para eliminar el exceso de agua. Esto es muy importante para que el relleno no quede aguado. - Haz el puré:
Tritura con un tenedor o licúa hasta obtener una textura suave y homogénea. - Sazona y cocina el relleno:
En una cacerola, derrite la mantequilla y agrega el puré de calabaza.
Añade el azúcar, la canela, el clavo, la nuez moscada y la vainilla.
Cocina a fuego medio-bajo durante unos 10 minutos, removiendo constantemente, hasta que espese ligeramente. 👉 El relleno debe quedar firme, no líquido.
Si está demasiado húmedo, cocínalo unos minutos más o añade una cucharada de pan rallado o fécula de maíz. - Deja enfriar completamente antes de usarlo.
Paso 2: Preparar la masa
- Mezcla los ingredientes secos:
En un bol grande, combina la harina, el azúcar, la sal y el polvo de hornear. - Agrega la mantequilla o manteca:
Añade la mantequilla fría en cubos. Con los dedos, mezcla hasta que se forme una textura arenosa (como migas gruesas). - Incorpora los líquidos:
Agrega los huevos, la vainilla y la leche poco a poco, mezclando hasta formar una masa suave, lisa y manejable.
Si notas que se pega, añade un poco más de harina. - Amasa suavemente:
No amases demasiado, solo hasta integrar. La masa no debe quedar elástica como pan, sino tierna. - Reposa la masa:
Cubre con film o paño húmedo y deja reposar en la nevera 30 minutos.
👉 Esto hará que sea más fácil de estirar.
Paso 3: Formar las empanadas
- Divide la masa:
Divide en porciones del tamaño de una pelota de golf (para empanadas pequeñas) o un poco más grandes (para medianas). - Estira con rodillo:
Sobre una superficie ligeramente enharinada, estira cada porción formando círculos de unos 10-12 cm de diámetro. - Coloca el relleno:
En el centro de cada círculo, coloca una cucharada generosa de relleno de calabaza frío. - Cierra las empanadas:
Dobla la masa a la mitad y presiona los bordes con un tenedor o haz un repulgue (dobladillo trenzado) para sellarlas bien. 👉 Consejo: Humedece los bordes con un poco de agua o huevo batido para que se sellen mejor.
Paso 4: Horneado (o fritura)
Opción 1: Horneadas
- Precalienta el horno a 180 °C (350 °F).
- Coloca las empanadas en una bandeja con papel vegetal.
- Barniza la superficie con huevo batido y espolvorea un poco de azúcar.
- Hornea durante 25-30 minutos, hasta que estén doradas y crujientes.
Opción 2: Fritas
- Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio.
- Fríe las empanadas hasta que se doren por ambos lados.
- Coloca sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
- Espolvorea azúcar o canela al gusto mientras aún estén calientes.
Resultado final
Empanadas doradas, con una masa quebradiza que se deshace suavemente al morder, y un interior aromático y dulce, con el sabor profundo de la calabaza y las especias. El contraste entre el exterior crujiente y el relleno cremoso es simplemente irresistible.
El aroma a canela y vainilla que se desprende mientras se hornean llena la cocina de calidez. Cada bocado evoca recuerdos de meriendas familiares, de otoños tranquilos y tardes de horno encendido.
Variantes deliciosas
- Empanadas de calabaza con coco:
Añade ½ taza de coco rallado al relleno, para un toque tropical. - Empanadas con queso crema:
Coloca una cucharadita de queso crema junto al relleno antes de cerrar la empanada. El contraste dulce-salado es espectacular. - Empanadas de calabaza y nuez:
Agrega ½ taza de nueces picadas o almendras tostadas al relleno. - Versión con miel o piloncillo:
Sustituye el azúcar por miel de caña o piloncillo disuelto en un poco de agua caliente. El sabor se vuelve más profundo y acaramelado. - Empanadas integrales:
Usa mitad harina integral y mitad harina blanca para una versión más rústica y nutritiva.
Conservación y almacenamiento
- Se conservan perfectamente 3-4 días a temperatura ambiente, bien tapadas.
- En el frigorífico duran hasta una semana.
- Si las congelas (antes o después de hornear), duran hasta 3 meses.
Para consumirlas, basta con recalentarlas 10 minutos en horno precalentado a 180 °C.
Consejos útiles
- No uses calabaza con mucha agua (como la calabaza de verano). Lo ideal es una calabaza firme y dulce (tipo cacahuete o de castilla).
- Deja enfriar el relleno completamente antes de rellenar, para que no humedezca la masa.
- No sobrecargues las empanadas, ya que podrían abrirse en el horno.
- El secreto del brillo: barniza con huevo mezclado con una cucharadita de leche o azúcar glas.
- Si prefieres textura más hojaldrada, usa manteca vegetal o una mezcla con mantequilla.
- Reposa la masa en frío: cuanto más reposada, más fácil de trabajar.
- Dales un toque de canela extra en la superficie antes de hornear: el aroma será irresistible.
Historia y tradición
Las empanadas dulces son una herencia de las antiguas recetas españolas y árabes que se difundieron por América. En México, las empanadas de calabaza tienen un lugar especial en el Día de los Muertos, simbolizando abundancia y dulzura.
En los pueblos, se preparan en grandes cantidades para compartir con la familia y los vecinos. La calabaza, además de ser un símbolo del otoño, representa prosperidad. En muchos hogares, se mezcla con canela y piloncillo, cocida lentamente hasta quedar casi como un dulce.
En Argentina, las empanadas dulces de zapallo (como se le llama allá) se acompañan con mate o café, y se sirven en meriendas familiares o fiestas patronales.
Así, cada región le da su toque, pero el espíritu es el mismo: una masa dorada que encierra el sabor humilde y noble de la calabaza.
Cómo servirlas
- Recién horneadas, tibias, acompañadas de un café o chocolate caliente.
- También son deliciosas frías, especialmente si se espolvorean con azúcar glas.
- En eventos, puedes hacer mini empanaditas y servirlas en bandejas decoradas con canela y cáscaras de naranja.
Versión sin gluten o sin lácteos
Sin gluten:
- Sustituye la harina por una mezcla sin gluten (harina de arroz + fécula de maíz + fécula de papa).
- Agrega ½ cucharadita de goma xantana para dar elasticidad.
Sin lácteos:
- Usa manteca vegetal o aceite de coco en lugar de mantequilla.
- Sustituye la leche por bebida vegetal (soja, almendra o avena).
El sabor y la textura se mantienen deliciosos.
Errores comunes y cómo evitarlos
- La masa se rompe al estirar:
→ Demasiado seca o poco reposada. Añade una cucharada más de leche y deja enfriar bien. - El relleno se sale:
→ Empanadas sobrecargadas o mal selladas. Usa menos cantidad y presiona los bordes firmemente. - No doran en el horno:
→ Falta de huevo batido o horno poco caliente. Barniza bien y hornea en bandeja metálica. - La base queda cruda:
→ Coloca las empanadas en la parte media o baja del horno, y usa calor abajo los primeros 10 minutos.
Decoración extra (opcional)
- Glaseado casero: mezcla ½ taza de azúcar glas con unas gotas de leche y vainilla, y pincela las empanadas frías.
- Espolvoreo de canela: al salir del horno, mezcla azúcar y canela y espolvorea por encima.
- Toque navideño: añade un poco de jengibre al relleno o decora con frutos secos triturados.
Conclusión
Las empanadas de calabaza son mucho más que un simple postre: son un abrazo en forma de masa dorada, una receta que evoca hogar, tradición y ternura. Cada región tiene su versión, pero todas comparten el mismo encanto: el equilibrio entre lo sencillo y lo delicioso.
Con su aroma de canela, su color anaranjado y su textura suave, estas empanadas son ideales para acompañar una tarde de lluvia, un desayuno festivo o una celebración familiar.
No necesitas ser experto en repostería para hacerlas; solo paciencia, buenos ingredientes y ganas de disfrutar un pedacito de tradición.
