Cachopollo con Queso de Cabra y Cebolla Caramelizada

Introducción

El cachopo asturiano se ha convertido en uno de los platos más icónicos y queridos de la gastronomía española. Tradicionalmente, se prepara con filetes de ternera rellenos de jamón y queso, rebozados y fritos. Sin embargo, la cocina evoluciona, y de esa evolución nace una versión más ligera y versátil: el cachopollo, elaborado con pechuga de pollo en lugar de carne de ternera.

Si al relleno clásico le añadimos queso de cabra y cebolla caramelizada, conseguimos un plato que combina lo mejor de dos mundos: el sabor suave y jugoso del pollo, la intensidad cremosa y ligeramente ácida del queso de cabra, y el dulzor meloso de la cebolla caramelizada. El resultado es un bocado irresistible, con un contraste de sabores que sorprende y enamora.

Historia del cachopo y nacimiento del cachopollo

El cachopo tiene su origen en Asturias, región al norte de España famosa por su sidra, sus quesos y su gastronomía contundente. Aunque no existe una fecha exacta que marque su creación, se sabe que el cachopo aparece en recetarios de mediados del siglo XX y que pronto se convirtió en un plato popular en bares y sidrerías.

La receta original era sencilla: dos filetes de ternera grandes y finos, rellenos de jamón serrano y queso, empanados y fritos en abundante aceite. Una combinación contundente y sabrosa que respondía perfectamente a la tradición asturiana de platos generosos.

Con el paso del tiempo, el cachopo se fue adaptando a otros ingredientes y carnes. Así nació el cachopollo, que reemplaza la ternera por pechuga de pollo. Esta variante es más ligera, más económica y también más fácil de preparar en casa, porque el pollo se cocina más rápido y suele gustar a todos, incluidos los más pequeños.

La creatividad de los cocineros y hosteleros llevó a explorar nuevos rellenos. De ahí surge la combinación de queso de cabra y cebolla caramelizada, que aporta un contraste de sabores más moderno, con un toque gourmet, ideal para quienes buscan algo diferente sin renunciar a la esencia del plato.

Ingredientes principales

El éxito de un buen cachopollo radica en la calidad de sus ingredientes. Veamos uno a uno:

Pollo

La base del plato es la pechuga de pollo. Se recomienda comprar pechugas grandes y frescas, preferiblemente de corral, ya que su carne es más jugosa y sabrosa. Al abrirlas en forma de libro y aplanarlas, conseguimos filetes amplios que facilitan el relleno.

Queso de cabra

El queso de cabra aporta cremosidad y un punto ácido que equilibra la dulzura de la cebolla caramelizada. Lo más común es usar rulo de cabra, que se corta en rodajas y funde perfectamente al cocinarse. También se puede experimentar con quesos curados de cabra para un sabor más intenso.

Cebolla caramelizada

El toque dulce del plato. Se puede comprar ya hecha en bote, pero lo ideal es prepararla en casa: la cebolla se cocina lentamente en aceite de oliva, dejando que sus azúcares naturales se concentren. Para acelerar, algunos cocineros añaden una pizca de azúcar o un chorrito de vinagre balsámico.

Rebozado

El rebozado clásico lleva tres pasos: harina, huevo y pan rallado. Este último puede mezclarse con panko (pan rallado japonés) para un acabado más crujiente.

Aceite de oliva

Aunque se puede usar aceite de girasol para freír, el aceite de oliva suave aporta mejor sabor y aguanta bien las altas temperaturas.

Receta paso a paso (versión clásica)

Ingredientes (para 2 personas)

  • 2 pechugas de pollo grandes
  • 150 g de queso de cabra en rulo
  • 150 g de cebolla caramelizada
  • 2 huevos
  • Harina de trigo (para rebozar)
  • Pan rallado o panko
  • Aceite de oliva suave (para freír)
  • Sal y pimienta

Preparación

  1. Abrir y preparar las pechugas
    Coloca cada pechuga sobre una tabla. Con un cuchillo afilado, ábrela en forma de libro. Si queda muy gruesa, cúbrela con film transparente y aplánala con un rodillo o mazo. Salpimienta por dentro.
  2. Rellenar
    Coloca en el centro unas rodajas de queso de cabra y una generosa cucharada de cebolla caramelizada. Cierra bien la pechuga presionando los bordes.
  3. Empanar
    Pasa cada pechuga por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Si quieres más crujiente, repite el paso de huevo + pan rallado.
  4. Freír
    Calienta abundante aceite en una sartén amplia. Fríe a fuego medio para que el pollo se cocine por dentro sin que se queme el rebozado. Aproximadamente 4–5 minutos por cada lado.
  5. Reposar y servir
    Coloca sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Sirve cortado por la mitad para que se vea el relleno fundente.

Trucos de cocina para un cachopollo perfecto

  1. Usa pechugas grandes y parejas para que el relleno se distribuya bien.
  2. Sella los bordes presionando con los dedos o incluso con un palillo para evitar que el queso se escape durante la fritura.
  3. Aceite en abundancia: el cachopollo debe quedar casi sumergido para que se fría uniformemente.
  4. Temperatura media: si está muy alta, se dorará por fuera pero quedará crudo por dentro.
  5. Dejar reposar 2 minutos antes de cortar, para que los jugos se asienten y no se desparrame todo.

Variaciones del cachopollo

  • Con jamón serrano y queso manchego: más tradicional y salado.
  • Con setas salteadas: aporta un toque de tierra delicioso.
  • Con espinacas y queso crema: versión más ligera y verde.
  • Con salsa de pimientos del piquillo: se sirve el cachopollo con una salsa suave de piquillos triturados.
  • Versión al horno: más saludable, se empana igual pero se hornea a 200 °C durante 25 minutos con un chorrito de aceite por encima.

Acompañamientos ideales

Un cachopollo es un plato contundente, por lo que se suele acompañar de:

  • Patatas fritas o asadas: la guarnición clásica.
  • Ensalada fresca: con canónigos, rúcula o espinacas, que combinan bien con el queso de cabra.
  • Pimientos asados: su dulzor refuerza el de la cebolla caramelizada.
  • Arroz blanco: simple, pero efectivo para absorber el jugo del relleno.

Maridajes recomendados

  • Sidra natural asturiana: homenaje a las raíces del cachopo.
  • Vino tinto joven o crianza: tempranillo, mencía o garnacha.
  • Cerveza rubia: fresca y ligera, perfecta para equilibrar la fritura.

Curiosidades y cultura gastronómica

  • En Asturias, existen concursos de “mejor cachopo”, donde se premian tanto los clásicos como las versiones creativas.
  • El cachopollo ha ganado terreno en restaurantes porque es más fácil de digerir que el de ternera.
  • La combinación de pollo, queso de cabra y cebolla caramelizada se ha vuelto muy popular en cocina moderna, apareciendo en pizzas, hamburguesas y bocadillos.
  • El nombre “cachopo” proviene del asturiano y significa “tronco hueco”, haciendo referencia al aspecto de dos piezas grandes unidas con relleno en el centro.

Versión gourmet: cachopollo relleno y salsa balsámica

Si quieres dar un toque más refinado, puedes acompañar el cachopollo con una reducción de vinagre balsámico. Solo necesitas calentar vinagre balsámico con una cucharada de miel hasta que espese y se convierta en una salsa brillante. Échala en hilos finos sobre el plato al servir: combina maravillosamente con el queso de cabra y la cebolla caramelizada.

Conclusión

El cachopollo con queso de cabra y cebolla caramelizada es la prueba de que la cocina española sabe reinventarse sin perder su esencia. Inspirado en el clásico cachopo asturiano, esta versión con pollo es más ligera y accesible, pero igual de sabrosa. El contraste entre el dulzor de la cebolla caramelizada y el carácter del queso de cabra lo eleva a la categoría de plato gourmet.

Ya sea en casa, para una cena especial, o en un restaurante, este cachopollo conquista a todos por su jugosidad, su sabor intenso y su presentación espectacular al cortarlo y ver cómo se derrite el relleno.

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